Las PFAS (sustancias per- y polifluoroalquilo) son una clase de sustancias químicas que las compañías añaden a una amplia gama de productos de consumo para convertirlos en antiadherentes, impermeables o resistentes a las manchas. Actualmente existen más de 9000 PFAS diferentes, convirtiéndolas en las sustancias sintéticas químicas más ubicuas del mundo.
Las PFAS se pueden encontrar en productos como alfombras y tapicerías resistentes a las manchas, ropa impermeable, ceras de suelos, utensilios de cocina antiadherentes, envoltorios de alimentos a prueba de grasa, hilo dental, y algunos cosméticos. También se utilizan en espumas contra incendios para apagar incendios de combustible. Las personas pueden estar expuestas a estas sustancias químicas por contacto directo con los productos o a través del aire que respiran o la comida que consumen. También pueden estar expuestos a través del agua potable.


De hecho, millones de estadounidenses están hoy expuestos a agua potable contaminada con PFAS, como resultado de sustancias químicas sueltas en el medioambiente desde áreas de entrenamiento de bomberos, áreas industriales y eliminación de deshechos. Un estudio del 2016 indicó que más de 16 millones de estadounidenses están expuestos a estos contaminantes en el agua potable; un estimado más reciente pone ese número en 110 millones. Este mapa le muestra dónde se encuentran los lugares donde hay contaminación en los Estados Unidos.
Mientras que sus fuertes uniones químicas las hacen muy efectivas para repeler agua y aceite incluso a altas temperaturas, estas mismas características también convierten a las PFAS en sustancias altamente persistentes, queriendo decir que no se desintegran en el medioambiente. Los científicos y profesionales de salud están preocupados por la exposición del público a las PFAS porque las sustancias químicas han sido relacionadas con muchos problemas de salud, incluyendo desórdenes de la tiroides, cáncer, colesterol alto, obesidad y efectos sobre el sistema inmunitario, susceptibilidad elevada al cáncer de mama, y otros.


Aproximadamente el 98 por ciento de los estadounidenses tienen PFAS en sus cuerpos, y las sustancias químicas permanecen en el cuerpo durante años.
Por eso la comunidad de investigación científica está trabajando a fondo para entender mejor estos contaminantes – cómo quedan expuestas las personas y cómo afectan a la salud humana- para poder encontrar soluciones para proteger al público, especialmente las poblaciones vulnerables, de estas sustancias químicas peligrosas.
Vea la sección de Recursos para encontrar más información sobre las PFAS.
